Normas para afrontar el reto climático
Las normas UNE ayudan a todo tipo de organizaciones a dirigir sus estrategias climáticas globales en la dirección adecuada para alcanzar sus objetivos en este ámbito. Economía circular, biodiversidad, eficiencia energética, finanzas sostenibles o compra verde son algunas áreas en las que la normalización impulsa la transición ecológica.
La normalización contribuye a dirigir en la dirección adecuada las acciones climáticas globales y locales mediante normas técnicas que contienen directrices útiles para todo tipo de entidades, ya sean privadas o públicas, de menor o mayor tamaño e independientemente de su actividad.
Ampliando el foco, las normas técnicas proporcionan pautas y directrices para planificar, mejorar y comunicar el comportamiento ambiental de sus actividades y sus productos. Existen numerosas áreas de normalización que impulsan la transición ecológica: desde la economía circular, hasta la biodiversidad, pasando por la eficiencia energética, la movilidad y las finanzas sostenibles o la compra verde. Como no puede ser de otra forma, el cambio climático se incluye en estas líneas de actuación y lo hace con un protagonismo especial, abarcando proyectos de normalización concretos y estrategias dirigidas a todo el sistema de normalización.
Declaración de Londres de ISO
Además de las normas técnicas en el ámbito de las emisiones y la adaptación al cambio climático que se tratan a continuación, hay que destacar una iniciativa que abarca todo el sistema de normalización de ISO, la Declaración de Londres. Esta declaración y su correspondiente plan de acción pretenden reforzar la contribución de las normas internacionales al desafío climático mediante dos objetivos: considerar activamente la ciencia del clima en todas las normas nuevas y revisadas y facilitar la participación de la sociedad y agentes vulnerables al cambio climático en la actividad de normalización. Su plan de acción, que culmina en 2023, incluye:
Profundizar en la comprensión de qué normas ISO tienen el mayor potencial para apoyar la acción climática.
Identificar cuáles son las necesidades del mercado respecto a normas internacionales relacionadas con la acción climática.
Determinar cómo se pueden mejorar los procesos de desarrollo de estándares para considerar sistemáticamente los impactos climáticos y responder a las necesidades del mercado de manera oportuna.
Además, se incluye como punto de acción aumentar la relación con otras organizaciones y alianzas en este ámbito, tal y como ya se ha hecho integrando a UNFCCC en la elaboración de las normas técnicas.
La Declaración de Londres establece las bases para proporcionar el máximo soporte del sistema de normalización de ISO a los objetivos climáticos. Actualmente este soporte se proporciona a través de normas reconocidas internacionalmente que se tratan a continuación.
Mitigación
La Norma UNE-EN ISO 14064-1 especifica los principios y requisitos para la cuantificación de GEI a nivel de organización. Incluye los principios para determinar los límites de la organización y de las operaciones a cubrir en el inventario de GEI, los requisitos para la identificación de las fuentes y sumideros, la selección de la metodología de cuantificación o el cálculo de las emisiones. Por otro lado, la Norma UNE-EN ISO 14067 permite determinar las emisiones asociadas a un producto o servicio, determinando la huella de carbono asociada a su ciclo de vida. Completando estos enfoques, la Norma UNE-EN ISO 14064-2 se centra en los proyectos o actividades diseñadas para reducir las emisiones de GEI, incluyendo los requisitos para la planificación y la implementación del proyecto.
Verificación y validación
Por otro lado, los requisitos que tienen que cumplir los organismos dedicados a realizar dicha verificación se contemplan en la Norma UNE-EN ISO 14065 (actualmente en revisión), que contiene los principios que deben seguir estos organismos. Estos incluyen requisitos generales, como aspectos contractuales o conflicto de intereses y requisitos específicos, como la estructura y recursos o la, gestión de los registros. Es destacable que esta norma amplió su alcance desde el ámbito de las emisiones para cubrir todo tipo de información ambiental.
Asimismo, cuando se realizan actividades de mitigación o adaptación al cambio climático, un punto clave es la selección o el desarrollo de la metodología que hay que utilizar. Este es el objetivo de la Norma UNE-ISO 14080, que sirve de guía para identificar, evaluar y desarrollar dichas metodologías. La norma establece las bases para que dicha metodología sea fiable, contrastada y compatible con otras metodologías entre sectores o entre niveles dentro de un mismo sector.
Las normas comentadas hasta aquí, de aplicación por cualquier tipo de organización, se complementan con normas sectoriales, como la Norma ISO 14083, actualmente en desarrollo que proporciona pautas específicas para la cuantificación de emisiones en el sector del transporte.
Junto con el propio cálculo de las emisiones, la forma de comunicar los datos relativos a estas emisiones es un factor igualmente relevante en el que se centra la Norma UNE-EN ISO 14026, que recoge los requisitos aplicables a la comunicación de huella ambiental de producto, independientemente de que se trate de huella de carbono, huella de agua o de otro aspecto ambiental.
Es destacable que estas normas se desarrollan en el mismo órgano de normalización que las Normas UNE-EN ISO 14040 de análisis de ciclo de vida o la Norma UNE-EN ISO 14020 de etiquetado ambiental, por lo que se asegura el alineamiento con estas.
Cero emisiones netas y neutralidad en carbono
En este ámbito se está desarrollando la Norma ISO 14068 que establece los principios para alcanzar y demostrar la neutralidad en carbono, entiendo por carbono el conjunto de gases de efecto invernadero. Si bien en un principio la norma establecía que la neutralidad en carbono podía conseguirse haciendo un uso extensivo de la compensación de emisiones, los últimos borradores acercan el concepto al de cero emisiones netas. Por tanto, queda por delante la tarea de definir la divergencia o convergencia de ambos enfoques, tarea que será objeto de análisis en los próximos meses.
Los impactos del cambio climático son ya una realidad que aumentará en los próximos años y que afectará a aspectos como los transportes, la agricultura, las viviendas, las redes de comunicación o la producción de energía
Adaptación al cambio climático
También en el ámbito de la adaptación al cambio climático la normalización suma esfuerzos para proporcionar herramientas estratégicas y fiables que faciliten implantar medidas eficaces y a cumplir los objetivos de desarrollo sostenible en este ámbito. La Norma UNE-EN ISO 14090 es la primera norma internacional sobre adaptación al cambio climático. Describe un marco coherente, estructurado y práctico para la adaptación al cambio climático, útil para prevenir o minimizar el daño que puede causar el cambio climático en las actividades de las organizaciones. La aplicación de este enfoque permite considerar adecuadamente la adaptación al cambio climático en todo el espectro de actuación de la organización como el diseño, implementación o actualización de sus políticas, estrategias o actividades.
Es destacable que la aplicación de esta norma contribuye a demostrar a las partes interesadas que el enfoque de una organización para la adaptación al cambio climático es adecuado y fiable, aportando, asimismo, credibilidad frente a entidades relacionadas con la adquisición, inversión o la contratación de seguros de la organización. La norma contempla, por tanto, no solo el desarrollo de medidas de adaptación sino también la comunicación de estas medidas de una forma verificable. Además, su enfoque es no lineal, de forma que puede ser utilizado tanto por organizaciones que se plantean primera vez la adaptación al cambio climático, como por aquellas que ya han dado pasos en este sentido o cuentan con una experiencia relevante en adaptación.
Las normas en el ámbito del cambio climático contribuyen al cumplimiento de los siguientes ODS de la ONU
Evaluación de riesgos
Asimismo, la Comisión Europea, en apoyo a la Estrategia Europea de Adaptación al Cambio Climático, ha solicitado a los organismos de normalización una revisión de las normas vinculadas a infraestructuras críticas (energía, transporte, edificación y telecomunicaciones) para introducir criterios de adaptación a los nuevos escenarios climáticos entre sus requisitos. Este trabajo incluye la consideración de la adaptación en los Eurocódigos y los primeros pasos para el desarrollo de normas sobre soluciones de adaptación concretas.
Taxonomía y Finanzas sostenibles
Otro ejemplo en el ámbito climático lo encontramos en la Norma ISO 14097 que establece los requisitos para evaluar e informar de actividades financieras relacionadas con el cambio climático tanto desde el punto de vista de las inversiones a acometer para conseguir los objetivos deseados (ya sea de mitigación o de adaptación) como del efecto que una determinada inversión tiene en la transición a una economía baja en carbono.