Este verano en una playa de nuestras costas, pude asistir a una escena que parecía sacada de una película policiaca. En la «escena del crimen», cercada por la cinta de señalización policial, las siluetas de las víctimas eran de tortugas, de peces, de estrellas de mar y otros seres vivos del océano. Las armas homicidas, amontonadas un poco más allá, estaban aún allí: colillas de cigarrillos, botellas de plástico arrugadas, tapas de botellas de cerveza, bolsas de plástico… Aún no se habían descubierto los culpables, pero todas las pistas conducían….
Seguir leyendo: https://bit.ly/3SVRUb7